Uno de los instrumentos más queridos del Padre Celestial para guiar a Sus hijos son los abuelos que viven con rectitud. La madre de mi padre era una de esas mujeres. En una ocasión que tuvo lugar cuando yo era demasiado pequeño para recordar, mi padre me estaba disciplinando. Al observar esa corrección, mi abuela dijo: “Monte, me parece que lo estás corrigiendo de manera muy severa”.
Mi padre respondió: “Mamá, corregiré a mis hijos como yo desee”.
Y mi sabia abuela suavemente declaró: “Y yo también”.
Estoy seguro de que mi padre escuchó la sabia guía de su madre ese día.
Cuando pensamos en guiar, quizá nos venga a la mente el himno que todos conocemos y amamos: “Soy un hijo de Dios”. En el estribillo encontramos las palabras: “Guíenme; enséñenme la senda a seguir”
El Padre Celestial cuenta con muchos recursos, pero a menudo se vale de otra persona para que lo ayude. A diario nos da oportunidades de guiar a alguien que tenga necesidad, y de enseñarle la senda a seguir. Debemos seguir el ejemplo del Salvador. Nosotros también debemos estar en los asuntos del Padre Celestial.
sabemos que los jóvenes son bendecidos cuando tienen padres y líderes que actúan en representación del Padre Celestial al guiarles y enseñarles. Tres principios que nos ayudarán a formar parte del kit de ayuda del Padre Celestial para los demás son:
Primero, estar con los jóvenes. El presidente Henry B. Eyring hizo hincapié en ese punto: “Hay algunas cosas que podemos hacer que podrían ser de la mayor importancia. Aun más poderoso que usar palabras al enseñar la doctrina serán nuestros ejemplos al vivirla”. Guiar a los jóvenes requiere que estemos con ellos. Dedicar tiempo es una expresión de amor que nos permite enseñar por medio de la palabra y del ejemplo.
Segundo, para realmente guiar a los jóvenes, debemos conectarlos con los cielos. Siempre llega el tiempo en que cada persona debe valerse por sí misma, y únicamente el Padre Celestial puede estar allí para guiar en todo tiempo y en todo lugar. Los jóvenes deben saber cómo buscar la guía del Padre Celestial.
Tercero, debemos permitir que los jóvenes lideren. Tal como el padre amoroso que sostiene la mano de un pequeño que está aprendiendo a caminar, debemos dejar que se valgan por sí mismos a fin de que los jóvenes progresen. El permitir que los jóvenes lideren requiere paciencia y amor; es más difícil y requiere más tiempo que el hacerlo nosotros mismos. Quizá tropiecen a lo largo del camino, pero debemos caminar a su lado.
Por M. Joseph Brough, Conferencia General, Abril 2017.
Mira y lee el discurso completo aquí:Su mano que guía diariamente
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