USTEDES SON MIS MANOS




Se cuenta que en el bombardeo de una ciudad durante la Segunda Guerra Mundial una estatua de Jesucristo resultó sumamente dañada. Cuando los habitantes hallaron la estatua entre los escombros, se lamentaron porque había sido un amado símbolo de su fe y de la presencia de Dios en su vida.

Los expertos lograron reparar la mayor parte de la estatua, pero las manos estaban tan dañadas que no las pudieron restaurar. Algunos sugirieron contratar a un escultor para que hiciera manos nuevas, pero otros querían dejarla así, como recordatorio permanente de la tragedia de la guerra. Al final, la estatua permaneció sin manos; sin embargo, la gente de la ciudad agregó en la base de la estatua de Jesucristo una placa con estas palabras: “Ustedes son Mis manos”.

Dieter F. Uchtdorf, Conferencia General, Abril 2010

Mira el discurso completo: https://www.lds.org/general-conference/2010/04/you-are-my-hands?lang=spa


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