"EL SCOUT QUE NO DURMIÓ BIEN AQUELLA NOCHE"


Hace muchos años, llevé a los scouts a un campamento en el desierto. Los muchachos dormían junto a una fogata grande que habían hecho, y como todo buen líder scout, yo dormí en la parte trasera de mi camioneta. Por la mañana, al incorporarme y ver el campamento, vi a un scout, al que llamaré Paul, que parecía que no había pasado una buena noche. Le pregunté cómo había dormido, y respondió: “No muy bien”.

Cuando le pregunté por qué, dijo: “Tenía frío; la hoguera se apagó”.

Le contesté que eso suele pasar con el fuego. “¿No era tu bolsa de dormir lo suficientemente caliente?”

No contestó.

Entonces otro de los scouts explicó: “No usó su bolsa de dormir”.

Incrédulo, pregunté: “¿Por qué no, Paul?”.

Reinó el silencio, y finalmente la respuesta tímida: “Bueno, pensé que si no la desenrollaba, no tendría que volver a enrollarla”.

No exagero: se congeló durante horas por intentar ahorrarse cinco minutos de trabajo. Podemos pensar: “¡Qué tontería! ¡Quién haría eso?” Bueno, lo hacemos todo el tiempo de maneras mucho más peligrosas. De hecho, nos negamos a desenrollar nuestras bolsas de dormir espirituales cuando no nos tomamos el tiempo para orar sinceramente, estudiar y vivir el Evangelio con fervor cada día; no solo se apagará el fuego, sino que estaremos indefensos y nos enfriaremos espiritualmente.

Cuando somos indiferentes a nuestros convenios, somos responsables de las consecuencias. El Señor nos ha aconsejado tener “cuidado, en cuanto a vosotros mismos, de estar diligentemente atentos a las palabras de vida eterna”. Y además declaró: “… mi sangre no los limpiará si no me escuchan”.

En realidad, es mucho más fácil estar “del todo dispuestos” que solo a medias. Cuando estamos dispuestos a medias, o nada dispuestos, ocurre, según dicen en La guerra de las galaxias, “una perturbación en la fuerza”. Estamos en contra de la voluntad de Dios y, por tanto, en contra de la naturaleza de la felicidad...

...Afortunadamente, no importa dónde estemos o dónde hayamos estado, no estamos fuera del alcance del Salvador, quien dijo: “Por tanto, al que se arrepintiere y viniere a mí como un niño pequeñito, yo lo recibiré, porque de los tales es el reino de Dios. He aquí, por estos he dado mi vida, y la he vuelto a tomar”

Hermanos y hermanas, nadie ha pecado mañana. Ruego que recalculemos nuestra ruta si es necesario y miremos hacia el futuro con gran esperanza y fe. Ruego que “nos pongamos de pie por dentro” siendo valientes y “del todo dispuestos”. Que seamos puros y valientes en defender el plan de nuestro Padre Celestial y la misión de Su Hijo, nuestro Salvador

Por el élder Gary B. Sabin, Conferencia General, abril 2017

Lea el discurso completo aquí: Estar de pié por dentro y del todo dispuestos

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